No están todos los buenos, ni se han ido todos los malos
He escuchado en las últimas semanas como mis compañeros panistas, con voz en los medios de comunicación llámense presidentes de partido o representantes populares, han manifestado su satisfacción con el reciente refrendo de militancia al que nos convocó la Dirigencia Nacional. No quise dejar pasar el tema y dado que está en puerta ahora la discusión en el Consejo Estatal (del que formo parte) de las propuestas de reforma a nuestros estatutos como partido, quisiera vertir algunas consideraciones que me parecen importantes.
En primer término, ¿Qué fue lo que ocasionó que tuviéramos que llevar a cabo el refrendo de nuestra militancia?. Muy sencillo, un terrible "error" avalado por la Dirigencia Nacional al permitir que su entonces titular del Registro Nacional de Miembros abriera de una forma brutal el ingreso al partido sin ningún medio de control. Cabe aclarar que no estoy en contra de que ingresen al PAN los ciudadanos, que de forma libre y personal, así lo decidan, pero lo que se hizo al recibir paquetes con cientos de solicitudes impresas de internet, que venían de Dios sabe dónde y llenadas por sabrá Dios quién, no fue precisamente apegarse a lo que señala nuestra normativa.
En León hicimos lo conducente presentando un recurso ante la Comisión de Vigilancia del RNM que no fue resuelto de manera favorable. Bueno sería que más que declarar que con el refrendo se quedaron los panistas buenos y comprometidos, nuestros dirigentes en turno, reconocieran que cometieron errores que contribuyeron al desgaste innegable del partido y al incremento exponencial de un padrón que ya no representaba a la militancia efectiva.
Refrendar es sinónimo de confirmar, de validar nuestra decisión primaria de adherirnos a un partido político que, en esencia, representa aquello en lo que creemos y por lo que luchamos, por eso no puedo criticar a aquellos que siendo panistas de corazón, de esos de verdadera sangre azul, tomaron la decisión de no seguir siendo parte de esto que cada vez se parece menos a nuestro PAN de valores, de principios. Ellos, y me consta que son muchos buenos panistas, no le dieron la espalda al partido. Con su decisión de no refrendarse, están manifestando su desaprobación con quienes han hecho de ésta institución, un bufette personal del que toman lo que quieren sin escrúpulo alguno. Ellos están levantando la voz, a su manera, al igual que muchos otros que decidimos quedarnos.
Confieso a título personal, que yo no hubiera podido irme, porque creo que hay mucho por hacer al interior y quiero ser parte del cambio, ese cambio que estoy segura vendrá de las bases, pero no puedo criticar a quienes no se quedaron porque el desánimo y la falta de congruencia de quienes han sido liderazgos del PAN, es un cáncer que cala hondo y sé que muchos de ellos seguirán viviendo los valores de nuestro humanismo político aún sin tener ya la etiqueta de adherente o activos.
Mucho hay que agradecer por otros que se fueron, porque nunca fueron panistas de verdad, porque son hipócritas que mancharon la lucha democrática e histórica de nuestros fundadores, porque no merecen ser parte de la noble tarea de servir. No están todos los buenos, ni se han ido todos los malos, así que el trabajo no termina con un refrendo interno, el verdadero refrendo nos espera en las calles, y no hablo de las elecciones, sino del día a día, conquistando otra vez esos corazones ciudadanos que se veían reflejados en el PAN.
Nuestro partido sí está en crisis y no porque hayamos perdido una elección, nos perdimos a nosotros mismos y eso es mucho más grave, perdimos de vista que lo que nos hacía genuinos era nuestra capacidad de ver más allá del manejo del poder, nos olvidamos que estamos en una brega de eternidades y no en un campo de batalla electorera. Dejamos de servir y nos servimos. Ojalá lo entendamos pronto porque de las crisis vienen los resurgimientos, las catársis para ser mejores. Si seguimos con intereses de grupo y falta de perfiles y de congruencia habremos perdido lo más valioso, nuestra identidad.
¡Debemos hacer algo!
Buena reflexión, ahora a actuar se ha dicho. Felicidades.
ResponderEliminarEXCELENTE REFLECCION,
ResponderEliminar¡Bien dicho Consejera!
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