Mandela: Guerrero de Luz
A veces pareciera que los buenos
hombres, esos que hacen cosas extraordinarias y aquellos que nos sorprenden con
sus actos heroicos y su bondad ilimitada solo existieron en otros tiempos y
ahora solo debemos conformarnos con leer algún libro o artículo sobre sus vidas
y suspirar imaginando las dificultades que tuvieron que atravesar para lograr grandes transformaciones
En ocasiones uno pudiera creer
que ya se agotaron las causas sociales por las que hay que luchar, que
ya estamos en otra época, que ya no hay motivo para ofrendar la vida o la
libertad, si hemos cambiado las dictaduras por los gobiernos democráticos, si
vivimos en sociedades donde la lucha contra la discriminación y la desigualdad son
banderas que enarbolan miles de asociaciones de ciudadanos. Nada más alejado de
la realidad, nuestro mundo actual desborda injusticias y causas que exigen
nuestra atención.
En un mundo plagado de buenas
intenciones pero de muy pocas acciones, la vida de un solo hombre que vivió
bajo el mismo cielo que nosotros, brilló a tal grado que logró iluminar al
mundo entero, no solo dio esperanza a su querido pueblo sudafricano sino que
llenó de gratitud y admiración a todas las naciones.
No sé de qué material están
hechos hombres como Nelson Mandela, pero una cosa es segura, necesitamos muchos
más como él. Parece increíble que en esta época la valentía y la congruencia de
un solo hombre haya liberado de las cadenas del racismo y la opresión a todo un
pueblo, Mandela pasó 27 años en prisión pero solo pudieron quitarle la libertad
a su cuerpo, es cierto que no podía caminar por las calles, ni dormir en su
hogar al lado de los suyos, pero a él
nadie pudo quitarle la libertad
de su espíritu, ese permaneció intacto, engrandecido, listo para seguir con la
lucha.
Por eso duele tanto su muerte,
por eso lloramos su pérdida, porque hombres como Nelson Mandela nos hacen
evidente lo que el espíritu humano es capaz de hacer, lo alto que llega un
hombre que se lo propone, lo poco que valen los títulos académicos o las
riquezas materiales si no han de servir para dejar un mundo mejor, nos duele
Madiba en el alma porque su testimonio de vida nos hace ver lo poco que hemos
hecho por los que son como nosotros. Le hemos quitado a la política su
capacidad de hacer el bien, hemos despilfarrado en banquetes y comilonas cuando
hay madres que sufren por no poder dar una migaja de pan a sus hijos, hemos
declarado la guerra a países solo por creernos superiores, olvidándonos que en
esos territorios donde descargamos nuestras municiones habitan familias, mujeres y
hombres que no saben cómo proteger a sus pequeños, ancianos que no pueden
correr para resguardarse, reprimimos a los que no piensan como nosotros, le arrebatamos la vida a los inocentes en aras de la liberación femenina.
Hoy somos víctimas de una plaga
letal que se extiende por todo el planeta: la indiferencia, la indolencia por
el sufrimiento de la raza humana, la falta de reconocimiento de nosotros mismos
en los otros, la comodidad de no hacer nada.
Murió Mandela, pero otra vez como
cuando estuvo en prisión, la muerte solo se llevó su cuerpo pero no podrá jamás
arrebatarnos su alma y su obra, a pesar de su muerte la luz de Madiba sigue
inundando los corazones de millones de personas de una fuerza inspiradora.
Admito que lloré por la muerte de
este inmenso hombre, pero llorar me pareció insuficiente así que decidí hacer
algo mejor para honrar su memoria, antes de irme de aquí voy a educar a mis hijos para que
no sean parte de esta generación que cierra los ojos, que no ve y que no siente
el dolor de los otros, en honor a Madiba voy a sembrar en ellos y en mí misma
el amor por la humanidad.
Madiba tú más que nadie mereces emprender
el viaje al infinito, imagino tu sonrisa y tu paz y no puedo más que sentirme
profundamente orgullosa de un guerrero como tú, no hay palabras para
despedirte, solo gracias eternas por tu vida. Como tú mismo lo decías, cuando un hombre ha hecho lo que
considera que es su deber para con su gente y su país, puede descansar en paz.
Buen viaje eterno, guerrero de luz.
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