2015, sin etiquetas de género



 Dedicado a aquellas mujeres que siguen abriendo brecha, que ponen alma y corazón a nuestras causas, y que son dignas representantes de lo que todas podemos llegar a ser.



Derivado de la Reforma Político Electoral, el 2015 será, sin lugar a dudas, un año que detone la participación de las mujeres en el ámbito político. Representa una oportunidad única para abrir cada vez más espacios de participación a uno de los géneros que históricamente ha estado rezagado en ese rubro. 

Lamentablemente la idiosincracia mexicana no permitió que por sí solo, el sistema político de nuestro país, reconociera la necesidad y relevancia de incluir a las mujeres en el ámbito público, no como una graciosa concesión sino más bien como un reconocimiento de que en la política, urge la visión de hombres y mujeres por igual, con el afán de que éste complemento de perspectivas, permita resolver la complejidad de la problemática social.

Fue por tanto necesaria la inclusión en el texto de nuestra nueva Ley Electoral, de acciones afirmativas que obligan a los partidos políticos a postular en la mitad de sus candidaturas a mujeres, lo que no debe confundirse con que la mitad de los cargos estarán ocupados por mujeres, pues una cosa es la postulación y otra muy distinta que esas mujeres resulten electas para ocupar esos cargos de elección popular.

Por supuesto que el proceso electoral que ya está en marcha nos permitirá ver a más mujeres en acción, y eso nos seguirá mostrando que somos igual de competitivas, igual de capaces y que la tenacidad, la inteligencia y la calidad del trabajo realizado no dependen del género.

Basta ya de decir que las mujeres tenemos que preparanos frente a este nuevo reto, las mujeres llevamos años preparándonos y hoy estamos listas para actuar, para luchar, para seguir trabajando por la construcción de una democracia más justa, representativa e incluyente. Si de preparación hablamos, tanto hombres como mujeres tenemos esa obligación para con quienes buscamos representar.

No es una buena señal para las sociedades modernas el incluir cuotas de género o reglas de paridad, como mecanismos de igualdad, lo verdaderamente digno de reconocimiento sería la participación de quienes sean más capaces y la sanción para quienes violen las leyes, sin importar si son hombres o mujeres, a lo que debemos aspirar es a un sistema fuerte y sólido que abra la puerta a cualquier ciudadano o ciudadana en igualdad de condiciones, ni más ni menos. Sin embargo debemos reconocer que la paridad obligada para el 2015, es un avance innegable que no debemos desaprovechar, ahí esta la oportunidad de participación, y aquí estamos las mujeres que queremos tomarla.

Las mujeres sostienen la mitad de esta sociedad en la que vivimos, justo es que su voz sea escuchada, que su opinión encuentre eco y que sus causas sean llevadas a las altas tribunas del país.

Desde todas las trincheras busquemos que el 2015 no se caracterice por las etiquetas de género sino por la elección informada y responsable de los electores.

¡Feliz inicio de año y nos seguimos leyendo!

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